Arte Contemporáneo Argentina Reconocimiento a la Trayectoria a Pablo Solari
Hagamos un Puente Argentina - Uruguay 2021 by Integral Concept
Hagamos un Puente Argentina - Uruguay 2021 by Integral Concept
• Obra de Portada: “El valle de las uvas” | Pablo Solari | 130x150cm | Óleo sobre tela| 2019
PABLO SOLARI
ARTISTA PLÁSTICO de Buenos Aires - Argentina
Una tarde lluviosa y plomiza me encuentra en la Basílica de San José de Flores, en Ciudad de Buenos Aires.
En esta zona de la ciudad que ostenta rascacielos imposibles, el edificio con su estilo barroco se presenta onírico frente a mis ojos ofrece alegría. Este templo religioso de culto católico se transformó en un hito de relevancia turística de la ciudad a partir del nombramiento de Papa a Francisco Bergoglio en el Vaticano. Se trata de la iglesia de su infancia y adolescencia para él y para la familia Bergoglio.
Su inicio primitivo data del año 1806. Año en el que los vecinos comenzaron a construir por su cuenta la primera capilla. Se había creado el curato bajo la advocación de San José, y a la cual se agregó el apellido Flores, en reconocimiento a la familia que donó los terrenos para su creación.
En el marco de la Convocatoria Hagamos un Puente ARGENTINA – URUGUAY 2021 por Integral Concept Latinoamérica, se hizo entrega de la Mención de Honor a la Trayectoria en reconocimiento de la labor artística del artista argentino Maestro Pablo Solari.
A qué nos referimos con Trayectoria?
En este caso, y por decisión unánime, en el evento auspiciado por Revista TP&GO! Magazine Digital de Argentina, ÉS GALLERY la galería virtual de arte de Colombia, y el jurado calificador de obras del evento constituido para esta oportunidad por los artistas Guillermo Aldaco Ochoa (México), Ivannia Estrada (Costa Rica), y el artista David Pedreros (Colombia) acuerdan un reconocimiento al mérito, trayectoria y compromiso en la labor artística del reconocido Poeta del Color: Pablo Solari
Se confiesa autodidacta. Un estudioso incansable de los artistas que aborda su estudio desde la biografía, para trasladar en congruencia el contexto que aflora en la manifestación y obra pictórica de grandes referentes de la historia del arte mundial.
“Es interesante aprender a observar la permeabilidad con la cual la imagen de la obra nos permite descubrir la historia de la vida en la que el autor se expresa.”
Esta tarde, un entusiasta grupo de adultos se da cita junto al maestro para aprender: técnicas, estilos, y recibir generosos consejos de la pintura de la mano de su maestro.
Resulta que este maestro es muy especial. No hago referencia a una multitudinaria clase de estirpe académico y ostentoso, sino a un encuentro entre personas que atentamente reciben la palabra de un par que ha avanzado ciertos pasos adelante.
Sus palabras se cuelan en el transcurso de los minutos con la ternura fraternal de quien ha prestado oído sincero. La respuesta se traduce en el compromiso noble de cada uno de los aspirantes, quienes recrean en sus espacios jarrones floridos, personajes de culturas lejanas, y paisajes con código postal desconocido.
No es casual, que Pablo Solari reciba esta atención y respeto. Este grupo de personas se encuentra en un espacio en el cual, valga la redundancia dialéctica, conforman juntos un nuevo espacio.
Me recibe con una sonrisa amable (que adivino bajo el barbijo que usamos por protocolo de COVID19).
Y me dice…
Yo abordo los grupos y las situaciones con sentido del humor. A mí me gusta generar ambientes alegres y agradables entre las personas. Si hay un conflicto, modero.
Yo soy de ir a Misa y hablar con los sacerdotes, sabía el Párroco de mi actividad artística. En una charla que tuvimos, me preguntó se podía dar clases, pues tenía varias personas feligreses que se interesarían del tema. Así fue como comencé en 2003 a dar clases en la Basílica.
Yo estaba en contacto con actividades de tipo parroquial hace muchos años, y acostumbrado a ese buen ambiente. Había ya varios grupos para diferentes actividades.
Cuando comenzaron a aparecer alumnos, también pude hablar con ellos. Me gusta conocer la persona para luego proyectar la capacidad que tiene, y hasta que punto se puede exigir. Me decían que algunos habían sido relegados, otros pues estaban solos, otros ya habían cumplido con sus actividades, trabajo, formar familia, criar hijos, etc, y ahora querían dedicarse un poco a ellos. Mi tarea fue lograr que esas personas solas se comenzaran a integrar entre ellos, y que a partir de allí surgiera la amistad. Comencé pronto con una reunión en mi casa, donde preparé una cena. Luego ya pedían una reunión mensual, y así se fue formando un gran grupo de amigos, que luego ellos continuaban, en salidas, encuentros, etc.
Los cambios de situaciones en la rutina o en la cotidianeidad, traen aparejados cambios que muchas veces se reciclan en hábitos saludables, para con uno mismo y para con terceros.
Recuerdo que frente a la Plaza de Flores, una señora tenía una bombonería. Me comentó que su padre era muy estricto. Nunca había podido estudiar pintura o inscribirse en Bellas Artes. La vida, los hijos, las obligaciones. Había comenzado a tomar las clases y cada tanto me acercaba una cajita de chocolates.
Muchas personas inician desde cero no siendo tan jóvenes. Porque encuentran un momento en la vida en el que se dan cuenta de que quieren disfrutar. Y por ello se acercan al arte.
Tengo muchos casos en mi memoria. La sociedad ha cambiado mucho. Cuando las personas cuentan alguna situación no tan feliz para compartir, algunas personas se alejan. Se alejan de sus problemas y de los ajenos. Yo intento siempre escuchar. Cuando puedo aconsejar aconsejo, o consuelo.
Me acuerdo que en otras épocas, mi abuela oía de que había alguien enfermo y corría a ayudarlo. En seguida estaba presente.
Conmigo! Si bien, siempre estuve en contacto con amigos, me superó la pintura. Se fueron apartando de mi porque, me venían a buscar y yo nunca podía: porque tenía que terminar un cuadro! Siempre tenía ese problema.
Acostumbro los domingos por la mañana ir con las Hermanas de Don Orione, por su espiritualidad, y testimonio de caridad, ya que atienden el Cottolengo de Don Orione, y aprendo mucho de ello. Además, estoy en contacto con otras dos parroquias. Me mueve mucho lo espiritual, busco siempre ello como mi oasis, también en casa. Parezco un monje aislado en su tarea, pero siempre ligado a la oración.
Sí! Tenía un juego en la computadora, se trata de la Edad Media. También el Tetris. He armado rompecabezas también…
De paisajes, me gustan. Hasta hace tres años tenía un gato, que cuando me veía armándolos, me saltaba sobre ellos y me los desarmaba, pues no le daba atención a él. Pero no me hacía problema. Comenzaba nuevamente, o buscaba un lugar donde él no pudiera mostrarme su importancia.
Por agrupación de colores!!! Las últimas piezas que quedan son las de los espacios limpios. Un cielo, por ejemplo, queda en un costado y, ya veré! Las piezas que no tienen colores diversos quedan siempre para el final, porque no tienen una guía cromática.
Leer me gusta mucho, pero me lo prohibí. Cuando agarro un libro, hasta que no lo termino no hago otras cosa. También me gusta escribir.
Ahora estoy en la tarea de escribir una autobiografía con detalles y anécdotas para El Libro Total.Com. Me lo pidió su director, que está escribiendo una obra. Piensa en 5 tomos, de pintores latinoamericanos. Como ya poseo en la Videoteca de la Casa del Libro Total (la videoteca más importante de América) mis obras hasta 2014 en video, me convocó para escribirla.
También una editorial de Italia me lo ha pedido. Yo sé hablar italiano, pero escribirlo es diferente.
• Obra: “Olivos” | Pablo Solari | Óleo s/tela | 100x110 cm | 2018 | Colección privada
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Con tal propósito crea la biblioteca digital de América El Libro Total, cuyo dominio es www.ellibrototal.com
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A mi hermano le pasó algo similar. Mi hermano, tuvo la oportunidad de estudiar en Roma en los ´90s cuando tenía unos 30 años. Mi abuela a pesar de saber hablar el castellano, nos hablaba en italiano. “Para no perder las tradiciones”, nos decía. Y era la que nos transmitía, todas las tradiciones italianas. Y nos contaba todo de su pueblo natal, Massarosa, que cuando viajé y lo conocí, ya era como si lo conociera por sus relatos, y también a su gente.
Mis padres vivinieron en la década de 1930, oriundos de Massarosa, (Lucca, Italia). Mi abuelo había pasado dos guerras, y tenía otra guerra acechándolo. Mis padres eran del mismo pueblo, pero no se conocían. Se conocieron en Argentina. Mi padre vino a los 17 años.
Mi abuelo paterno estaba en Azul, provincia de Buenos Aires con mi tía. Trabajó allí y llegó a tener un campo. Perdió a sus padres y quedó a cargo de sus hermanas, (una de 15, otra de 13 y la pequeña nacida en Azul, de 1 año), muy pronto.
Mi abuelo materno había ido a Estados Unidos, tenía su residencia, fue de visita a Italia, y estaba allí su hermano que había quedado inválido de la guerra, le cambió los papeles, y el hermano fue en su lugar a EEUU, y él vino a Argentina con mi abuela, y dos hijas. En su casa “paraban” todos los paisanos. Una vez, mi padre viene a Buenos Aires de visita desde Azul. Conoció a mi madre y se casaron. Son historias… ¿no?
Los domingos, mi madre, comenzaba a las seis de la mañana a cocinar la pasta, todo acompañado de música italiana, venían siempre algún pariente, paisano o vecino. Ella era una cocinera muy especial...y reconocida cariñosamente por todos. Amasaba hasta el pan!
Vino a los seis años desde Italia. Llegó con sus padres, y en esas pequeñas valijitas venían incluidas todas las costumbres de cocina. Las había aprendido de su madre. Todas las comidas eran exquisitas.
Durante un tiempo, mi madre se desempeñaba como maestra en Laferrere. Viajaba desde Flores hasta allí. Ella era de contextura más bien pequeña. Llevaba un martillito en la cartera, y siempre decía: “Por las dudas…”
Se llamaba Rosina, que significa Rosita. Todos la conocían como la Señorita Rosita. Fundó un colegio. Luego la enviaron a San Justo y se jubiló allí.
Más tarde, llegó el momento de que su madre enfermó y mi mamá la cuidó. Mi abuela era mi madrina además. La recuerdo muy estricta, pero yo fui el único nieto que le hacía chistes, le hacía compañía. Si la veía muy sola, la ayudaba. Y cuando venía alguien siempre les decía, por mí: "Él es pintor".
Comencé a dibujar desde muy pequeño. A los 4 ó 5 años de edad, mi madre que era una gran pedagoga, una mañana me acerca un calendario de la Cruz Roja que le habían regalado. Me pregunta: "¿Te gusta?". Lo observé, (eran reproducciones de pintores italianos), la miré y le dije: "Mamma, esto es lo mío". "Ya lo sé" fue su respuesta.
Continúe pintando siempre. No preocupándome mucho por el estudio, aunque cuando me esmeraba era el abanderado, tanto en primaria, como en secundaria. Luego ingresé en Agronomía, me dí cuenta que no era lo mío. ¡Mi cabeza estaba en la pintura! Un día volví a casa y les dije a mis padres "No sigo con Agronomía, no es lo mío, voy a dedicarme a la pintura". "Está bien…" - me dijeron - "…pero hacelo en serio".
Siempre me apoyaron, a tal punto que no querían que trabajara, sino que pintara. Aunque también quitaba tiempo con mi pasión por jugar al fútbol, lo hice.
A fines de los ´90s, mi madre fallece. Y la casa en la que vivíamos tuvo que ser dejada. Decidí que era un momento de cambio, a la fuerza. Viajé a Mendoza a ver a mi hermano. Él era sacerdote en San Rafael, para la Congregación Verbo encarnado. De a poco empecé a definir muchas cosas. Me había quedado sin trabajo y en aquel momento era muy difícil conseguir un empleo. Fue en 1995.
Por medio de Lucchesi Nel Mondo, de Argentina, me vincularon con el reconocido restaurador Piero Bernini, de Siena. Pensaba ganarme la vida haciendo íconos para vender como artesanía. Me preguntó "¿Alguna vez pintó al óleo?", le dije "Si" – “Tráigame los óleos que los quiero ver”. Se los llevé, y me dijo: "¡¡Déjese de embromar con los íconos!!".
• Colección Vendimias Obra "El valle de las uvas" | Pablo Solari | óleo sobre tela | 130x50cm | 2019
• Colección Sociales Obra "Nostalgia" | Pablo Solari | óleo sobre tela | 100x120cm | 2020
• Colección Sociales Obra "Sala de esperanza" | Pablo Solari | óleo sobre tela | 100x120cm | 2018
• Colección Dibujos Obra "Zafra" | Pablo Solari | acuarela y tinta sobre papel Fontenay 100% algodón | 32x41cm | 2019
A la vez que estaba muriendo mi madre, nos desalojan. No sabiendo que hacer con mis pinturas, decidí quemarlas. Sólo guardé cinco pinturas y también dibujos.
Yo colaboraba con una parroquia, y me habían pedido hacer una ilustración de un Via Crucis para una iglesia. Cuando a uno le hacen un pedido lo condicionan. Porque antes de empezar surgen las preguntas sobre la expectativa de quien lo ha pedido: ¿Cómo le gustará? ¿Le gustará o no? Por eso no me gusta que me hagan pedidos con lineamientos. Me bloquea!
Realicé dos estaciones del Via Crucis y fui a verlo a Isidro Casanova. Se las mostré aunque no me convencían. Me dice: “No me gustan”, a lo cual respondí: “ A mi tampoco… No se preocupe…” Eran de 70 x 50 cms. Una de Cristo llevando la cruz, y la otra no recuerdo en este momento. Volví con gran disgusto. Entonces volví a pintar e hice otra pintura. Es decir, que por ese evento que ocurrió, terminé definiendo mi estilo.
También había pintado otro cuadro: “Los desocupados”. Yo estaba sin trabajo también. Representé cada sentimiento que puede surgir en la situación de los desocupados. La posición que cada uno puede tomar en esa circunstancia: el que piensa “qué me importa”, el desesperado, el esperanzado, el que no sabe cuál es la salida… Todo tiene un sentido. Porque estos cuadros me sirvieron para mi primera muestra. Fue entonces cuando me pidió aquel restaurador que le llevara el material que tenía. Llevé tres cuadros enrollados. Uno fue “DESOCUPADOS”, otro que se llama “DESAYUNO EN EL ANDÉN” y “LOS MUDADOS”. Que también era algo que me había pasado en carne propia… el de cambiar de hogar.
Cuando le llevé esos cuadros, me dice “Déjese de embromar! Me presta los cuadros?”
Iba a llevarlos a Galería Palatina, de Buenos Aires. Cuando estaba por entrar lo saluda un galerista de Galería Arroyo. Esta segunda galería situada en la vereda opuesta. Cuando le comenta que iba a presentar a un artista nuevo, lo desviaron puertas adentro. “Venga con nosotros…” Entonces me convocaron. Hicieron una junta de pintores, de directores de museos, críticos. Entre ellos el hijo de Castagnino. Allí comprendí de qué se trataba el ambiente de las galerías de arte. Me dicen:
• Obra "El descenso" | Pablo Solari | óleo sobre tela |70x50cm | 2020
• Colección sociales Obra “Los mudados” | Pablo Solari | Óleo s/tela | 80x100cm | 2005 | Colección privada
• Colección sociales Obra “Desocupados" | Pablo Solari | Óleo s/tela | 120x140cm | 2003 | Colección privada
• Colección sociales Obra “Desayuno en el andén" | Pablo Solari | Óleo s/tela | 100x71cm | 2001 | Colección privada
Ése era el principal interés de las galerías. Estábamos en Noviembre, y para Junio del año siguiente, en 2002, estaba teniendo mi primera muestra con trece o catorce cuadros. Entré con un miedo terrible.
Sí, tuve mala suerte. Fue un años en el cual los galeristas no sabían qué hacer y desvalorizaron toda la pintura. Se pusieron a fuego todas las galerías. Hasta ese momento ganaban mejor los pintores, pero hubo un cambio y pasaron a ganar mejor las galerías.
Me propusieron de hacer un convenio, y les dije que yo no firmaba nada. Tengo palabra y supongo que Uds también. Si algunos de los dos hacemos algo mal, estamos en libertad de elegir.
En ese momento había una comisión del 10% para ventas realizada durante la muestra, y un 30% si se realizaba fuera de la muestra. Al poco tiempo cambiaron, y todos quería tener el 50%. Todavía siguen así. Pero conmigo no pueden. Yo les fijo mi convenio.
Hay cierta situación con los artistas que quieren llegar a ese ambiente. Les cobran un 50% o alquiler de la sala. Si no tienen dinero, lo deben pagar con obras. Es un negociado.
Además, en los últimos años, la galerías se dedicaron a inventar artistas para mantenerse. El mercado del arte en Argentina es muy chico respecto a otros países. Reclutan personas que inician a pintar, sobrevaloran en algunos casos la producción para generar un producto de venta. De esa manera agotaron las posibilidades de muchos artistas. Hoy promueven pintores que no llegarán a ser artistas jamás. Arruinan artistas, convirtiéndolos en pintores. Hoy en día es muy común.
Es costumbre utilizar muchas técnicas hoy en día. Hay muchos pintores que proyectan una imagen sobre sobre un tema y luego pintan sobre esa proyección. En el Renacimiento se usaba una caja negra. Algunos pintores no saben dibujar y sólo quieren pintar, tienen esa facilidad. Entonces, lo que se muestra es un virtuosismo.
• Obra "El político y la gallina de los huevos de oro" | Pablo Solari | Óleo sobre tela | 110x60cm | 2013
En un momento yo también pinté hiperrealismo. Una vez, me llevaron a ver una exposición a Bellas Artes. Trataba de no ver nada, no quería influenciarme. Recuerdo que había un chimpancé pintado pelito por pelito, las gotas de sudor, todo al detalle. Pensé: ¿Por qué mejor no quedarse con una foto?
Desde entonces, dejé el hiperrealismo. Me había obsesionado en un momento con ello. Pero entonces decidí dejarlo.
Claro, pero el detalle, tiene que decir algo! La técnica es la herramienta. Es como tener una buena tenaza o una mala tenaza.
Quien desarrolló una buena técnica, significa que se ha tomado mucho tiempo de estudio y ama lo que hace. Ya sea en la pintura, en el dibujo, etc. Significa que ha ido perfeccionándose porque quiere dar lo mejor. Pero, quedarse sólo en eso, en mostrar una técnica es algo vacío.
Por ejemplo, hay pintores que sacan una foto y la reproducen a la perfección a-pa-ren-te-men-te. He ido a exposiciones con esta temática y me doy cuenta de que no saben copiar las fotos! La foto para ser sacada, lleva una iluminación que corrige la cromática del original, al igual que disminuye los contrastes, y no aparecen reflejos y otros detalles cromáticos.
Por ejemplo: Si yo tomo una taza blanca, y la pongo sobre un mantel verde… la superficie de la taza va a reflejar un tono del mantel. Tendrá un reflejo verde. Y, a la vez, el reflejo de la luz sobre la taza proyectará un blanquecino sobre un área determinada del mantel. Si es circular, se forma un anillo que se va oscureciendo. Y ese detalle no aparece, porque en las fotos muchas veces quedan eliminados estos reflejos.
• Obra "El sembrador en los desiertos de piedra" | Pablo Solari | Óleo sobre tela | 130x70cm | 2013 | Obra disponible
Yo soy anti tecnología. En todo sentido. Revisando y analizando en internet soy muy básico. Encontré entrevistas que había hecho hacía cinco años en otros lados del mundo y de las que me había olvidado. Entonces, hice un archivo con tarjetitas. Me organizo con ficheros. Cuando viajo a algún lugar, anoto a quien visité y qué hicimos. Porque en el futuro, cuando vuelva a ese lugar, entonces recordaré a quien puedo volver a encontrar.
“Yo estoy en contra de la tecnología porque está reemplazando al hombre. Es un gran problema social. ¿Cuál es la solución hipotética que se plantea? ¿Qué hacer con todas esas personas que han sido reemplazadas?
Hoy el campo es manejado con computadoras y satélites. Desde la profundidad del terreno, hasta la cosecha. Antes había gauchos y trabajadores golondrina. Era una forma más dura de trabajo, pero era trabajo. Por eso, cuando represento en pintura una cosecha, siempre lo hago sin máquinas.”
En Mendoza, no. Es una zona de cultivos de varias empresas nacionales e internacionales. Específicamente en el cultivo de uvas para espumantes. Sin embargo, yo heredé estos temas de mi abuela. Ella era una mujer muy seca, de poco hablar, muy religiosa, y muy estricta. Ellos habían trabajado en el campo como empleados golondrina. Era una costumbre de la época. Mi abuelo me contaba que cuando trabajaban allí, a la hora del almuerzo ponían una gran sombrilla. Ahí comían un pedazo de pan, una cebolla partida al medio, y la saborizaban con vinagre y aceite que llevaban en un frasquito. Hice un cuadro con esa escena: “Pan y cebolla”. Pero, no en el campo de Italia, sino aquí. O, cuando hacían las cosechas de las uvas. No he visto una cosecha en vivo, pero si tengo los recuerdos de los relatos de mi abuela. Una vez, estaba esgrimiendo algo que me dijeron sobre que el “estilo latinoamericano no existe”. Algunos dicen que yo estoy definiendo este estilo, y me lo han dicho también en el exterior, que represento lo latinoamericano.
• Obra "Pan y cebolla" | Pablo Solari | Óleo sobre tela |110x110xm |2018 | Obra disponible
Sobre la trayectoria del Maestro Artista Plástico Argentino Pablo Solari
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