Yo llegué a Japón gracias a sus novelistas. Recorrí distintas ciudades y barrios. Me sentí siempre cómoda, porque ya conocía sus costumbres.

Japón es visitado por más de 30 millones de turistas al año. Ellos practican el OMOTENASHI. Es un concepto perfeccionista de servicio al cliente marcado por una gran sumisión. Si entramos a un restaurant o a un café a desayunar, veremos que se repite el TATEMAE. Es lo que se llama a una “máscara” formal muy respetuosa cuya finalidad es mantener la armonía. Y entonces, nos preguntamos: ¿Nunca se enojan?

Simplemente reprimen sus sentimientos, y con su mejor sonrisa nos dirán: -“No se puede”, una y otra vez si es necesario. Porque los occidentales a veces queremos un poco más de leche en el café que les hemos pedido.

Me sorprendía recibir siempre dinero impecable en cada negocio. Todo está preparado para no incomodar y dar seguridad al turista.

No aceptan propina, ni la esperan. Se destacan por la excesiva limpieza tanto en los locales como en los puestos callejeros.

Ninguna comida es conservada para el día siguiente. Si no se vendió, se tira.

Les cuento que está prohibido comer por las calles. Tampoco se puede fumar al aire libre. Pero existen unas cabinas donde se reúnen los fumadores al salir del trabajo. Ellos respiran el humo todos juntos. (NDR: Es una buena manera de darles una lección, ¿no creen?)

Las ciudades son extremadamente limpias. No hay necesidades de animales por las calles. He visto muchos perritos ¡con pañales!

Tampoco he visto muchos animales, ya que es muy costoso tenerlos y hay distintas multas para quienes no obedecen las reglas.

No es necesario saber idiomas. Japón es visual. Porque las ciudades y aún las aldeas cuentan con cantidades de mapas, instrucciones, descripciones, etc. en inglés, español, francés, alemán, italiano y chino inclusive.

Los japoneses nos dan permanentemente ejemplos de fortaleza. Trabajan, respetan a sus superiores. Y son capaces de reconstruir en pocos días cualquier devastación provocada por la naturaleza en sus calles.

Hoy les voy a hablar de un barrio en particular de los 23 que compone solamente la ciudad de Tokyo.

Su nombre es Asakusa. Cómo llegamos a Asakusa? En Metro! Ya que en Tokio, como en otras ciudades, los turistas tenemos la posibilidad de viajar en sus múltiples combinaciones de líneas de metro o trenes. Sí es conveniente obtener el pase de Japan Rail Pass en el país de origen ya que es mucho más económico y nos permite viajar no sólo en Tokio, sino por toda la red de alcance de Japón!

Ahora volvamos a Asakusa, el barrio más antiguo de Tokio. El escritor Yasunari Kawabata escribió la novela “”La Pandilla de Asakusa”.

En 1920, este barrio representaba para Tokio lo que Montmartre había sido para París en 1890, y lo que el Times Square sería para Nueva York en 1940. Un lugar que permitía el anonimato, la libertad, la deriva. Un lugar donde la vida fluía por todas partes, lleno de placeres sociales y sexuales.

Asakusa atrae mucho al turista porque todavía pueden verse geishas caminando en sus callecitas. Puertas gigantes que representan las entradas a los templos con faroles o linternas de papel rojo de más de 4 metros de altura.

El templo más famoso se llama Senso Ji. También hay una pagoda de 5 plantas que tiene 52 metros de altura. Hay un gran caldero de incienso, jardines, distintos templos, galerías comerciales, restaurantes, tiendas y hasta un parque de atracciones. El paisaje se completa con el Río Sumida que puede navegarse y está rodeado de numerosos edificios modernos.

Tokio cuenta con más de 8 miradores panorámicos. Pero ya que estamos en Asakusa, no hay que perderse el que se inauguró en el año 2012. Es la torre de comunicaciones más alta del mundo, de 634 metros de altura. Allí se puede subir y disfrutar de las mejores vistas de Tokio. Incluso yo pude ver el monte Fuji, porque era un día muy claro.

Pueden visitar el Museo del período Edo (Comprendida entre los años 1603 y 1868) y el Museo de Sumo, un deporte tradicional que aún se practica. Si desean presenciar una lucha de Sumo, deberán sacar entradas con anticipación para el estadio que se encuentra en el mismo barrio de Asakusa.

¿Les gustaría vestirse con trajes tradicionales? Pueden alquilar por unos pocos yenes tanto los hombres como mujeres, una YUCATA y un KIMONO respectivamente.

Después de un largo paseo ¡Qué mejor que disfrutar de los ONSEN!: son baños termales. Si poseen tatuajes, por favor cúbranlos antes de ingresar! A los japoneses les asusta mucho ver la piel tatuada. El nombre japonés para tatuaje es IREZUMI y les recuerda a los YAKUSA que son la mafia japonesa.

Cada sociedad se caracteriza por su gestualidad. En muchos países la gente habla a los gritos y con grandes movimientos de sus manos sin que esto signifique una falta de respeto. Los japoneses son muy silenciosos, hablan muy bajito. Casi no miran a los ojos y detestan ser tocados o que se los salude con un beso. Sobre estos y otros temas hablaremos en el capítulo siguiente.

Les voy a compartir mi conocimiento sobre sus costumbres, su gestualidad y otros secretos.

Después de estas recomendaciones, espero encontrarlos. Les garantizo que aprenderán mucho más que visitar lugares bonitos.

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