Folklore Argentino III

El Boom del Folklore Argentino - PARTE 3

El Folklore Argentino en la década del ´50

En el capítulo anterior, recorrimos la institucionalización y el expansión del folklore argentino como tal. La cultura acompañando al desarrollo histórico y a la conformación de la identidad de la cultura nacional. En este capítulo, conoceremos de qué manera se populariza, no sólo en Argentina, sino que trasciende fronteras debido a acontecimientos históricos.

Si bien parecen casos aislados, en los años ´50s también aparecieron otros nombres artísticos con voz de origen indígena quechua: los Cantores de Quilla Huasi, Los Huanca Hua. A medida que el folklore argentino se fue haciendo conocido en Europa, los rasgos indígenas de esta música se fueron acentuando. Sobre todo, en relación con la demanda del público europeo.  

Atahualpa Yupanqui viajó a Europa en 1940, y fue aclamado por la crítica europea como la reencarnación de lo indígena. Lo mismo ocurrió con el dúo de Leda Valladares y María Elena Walsh en París (1952-1956). Ellas cantaban bagualas y vidalas. Buscaban un sonido indígena. Este concepto de ligar el folklore con el acervo indígena, que al principio es minoritaria es lo que en parte explica el gran éxito de Mercedes Sosa en los años ´60s durante el llamado Boom del Folklore. 


El Boom del Folklore Argentino en la década del ´60

Este boom, se refiere a la explosión de ventas de discografía folklórica, en la cantidad de programas sobre música folklórica en radio y televisión, a su presencia en peñas y academias, en la cantidad de partituras vendidas a estudiantes de guitarra, festivales locales, conferencias. Incluso aumentaron los ingresos de los músicos por los derechos de su música. Fue un boom, luego del declive del tango a fines de los años ´50s, y tiempo antes del auge del rock y el pop.

Era más sencillo armar un grupo musical de folklore con algunas guitarras y bombos, consiguiendo alguna peña o club donde tocar. En cambio, para formar una banda de rock, no solo había que conseguir guitarras eléctricas y amplificadores.

Lo notorio es que, en este boom, la música folklórica fue adoptada por una generación que no pertenecía a lugares rurales, o que no conocía los espacios en los cuales la música folklórica había tenido su origen. Esta notoriedad, se basa en que la mayoría de las peñas estaban en las grandes ciudades: Buenos Aires, Rosario, La Plata, en el Gran Buenos Aires.

Otra expresión del boom fue el surgimiento del Festival de Cosquín, en Córdoba en 1961. Este Festival contó con la subvención del Fondo Nacional de Las Artes y fue dirigido por un investigador del folklore: Augusto Cortázar. Este festival, se impuso frente a otros que se llevaban a cabo en otras ciudades, y se transformó en la Capital Nacional del Folklore.

Antecedentes: EL boom del folk en EEUU en las décadas de 1940 y 1950

En parte, el boom del folklore, también puede explicarse por otros eventos que sucedían en la época en otros lugares del mundo relacionados con la música folk. En EEUU, el boom del folk se había iniciado en la década del ´40s. Generalmente, estaba relacionado con músicos de participación política en grupos de izquierda, como Pete Seeger o Woody Guthrie. Pero en la década de 1950, se transformó en un boom comercial y también llegó a Argentina. En este contexto, los músicos argentinos que tocaban guitarra y cantaban canciones vinculadas con tradiciones rurales, fueron ganando más terreno.

La influencia del folk americano en el folklore argentino

Se encuentra esta influencia en que los grupos de folklore argentinos más importantes, eran grupos con arreglos de voces muy complejos, y que habían cambiado su atuendo por saco y corbata en lugar del atuendo gauchesco, que era el predominante. Como ejemplo, los integrantes de Huanca Hua o Quilla Huasi.

Los arreglos musicales se fueron haciendo más complejos de la mano de autores como Eduardo Falú y Ariel Ramírez.

El género principal de esta época fue la zamba, que tenía un tono más serio que otros géneros y se acomodaba mejor a los gustos estéticos de los oyentes de clase media, que lo consumieron masivamente. Además, se trataba de una música más para oír que para bailar.

En esta versión se escucha el arreglo con varias voces.

En la época del boom había mucha variedad. Por ejemplo: Los Chalchaleros, eran una formación con una estética más tradicional. Eran salteños, y venían tocando desde la época del ´50. Popularizaron el grupo folklórico de cuatro integrantes con distintos registros vocales, acompañados de tres guitarras y bombos. Los instrumentos más típicos del noroeste como la caja, el violín, el arpa o la quena, fueron desapareciendo. Ellos se vestían con una imagen más estilizada que la vestimenta criolla. Tocaban temas tradicionales, y también versiones más actuales, con composiciones de Julio Dávalos y Cuchi Leguizamón, pero mucho más modernas. Fueron los representantes del folklore argentino en festivales de folklore argentino en EEUU y Europa.

¿Qué relación hay entre la política y el boom del folklore?

Hay algunos artistas del folklore argentino que estuvieron más vinculados a la política que otros. El ejemplo de mayor relevancia, es el Movimiento Nuevo Cancionero, fundado en Mendoza, en 1963. En su fundación se encontraba Mercedes Sosa, su esposo de entonces Oscar Matus, Tito Francia, Armando Tejada Gómez. Éste último fue un poeta autodidacta que había crecido en extrema pobreza y consiguió un reconocimiento prestigioso de Casa de Las Américas, en Cuba en 1961.

Ellos tenían una gran voluntad de innovación en relación a la estética y una fuerte inclinación a la política de izquierda. El Movimiento Nuevo Cancionero salió a la luz con un manifiesto en el cual criticaban el giro comercial de algunos músicos del folklore, aunque también a otros más conservadores como Atahualpa Yupanqui.

Había otros músicos, en otros países que formaban parte de movimientos de crítica similares. Un ejemplo es La Nueva Canción en Cataluña, que se manifestaba contra la política dictatorial de Franco. O el Movimiento de la Nueva Canción en Chile, o La Nueva trova en Cuba, La Nueva Canción Nicaragüense. Estos músicos tenían la convicción de que a través de su música era posible denunciar las injusticias del sistema dominante.

En el caso de Argentina, El Movimiento Nuevo Cancionero denunciaba el peso del pop en la música nacional, considerando que el folklore era la verdadera expresión del interior del país. Tuvieron mucho éxito en lo comercial, pero también en América Latina. Sobre todo, en Cuba. 

Presentación de Mercedes Sosa por Jorge Cafrune- archivo histórico de Festival Cosquín 1965

Su éxito se catapultó en su presentación en el Festival de Cosquín. Tenía un enorme talento, y cultivó una imagen indígena que fue muy bien recibida en ese momento. Con poncho y sin maquillaje. Para debutar eligió “Canción del derrumbe indio”, cuya letra lamentaba la caída del Imperio Inca.

En los ´60s se la describía como una voz indígena. No era una imagen tradicional ni conservadora. Era una mujer politizada, cantaba música de vanguardia. Sus letras tenían un fuerte contenido de denuncia social, a la vez que emparentaba su música con el estilo de la cantante norteamericana Joan Baez.

En esos años comenzó a hacer giras en Europa y en América Latina. Visitó Chile, estando comprometida con el proyecto de Salvador Allende, a principios de los ´70s. Estuvo exiliada en los años de a dictadura argentina y cultivó el perfil Latinoamericanista. Sumó a su repertorio canciones de autores de Latinoamérica. A su regreso en el año 1982, nunca dejó de ser una artista muy exitosa. En su grabación del disco “Mercedes Sosa en Argentina”, invitó a participar de la grabación a músicos de rock nacional como León Gieco y Charly García. Ese disco fue el más vendido en todo el país.

El chamamé en los ´80s

En los ´80s, muchos pensaron que el folklore había tenido su declive frente al auge del rock nacional. Sin embargo, el chamamé proliferó en el interior del país.

El folklore argentino en la actualidad

En los años ´90s, varios músicos jóvenes lograron gran popularidad como Soledad Pastorutti, Luciano Pereyra, Los Nocheros, Abel Pintos llevando el folklore a nuevas generaciones. 

En la actualidad, hay un espacio con mayor exploración. Si bien hay muchos artistas que trabajan la línea tradicional, hay mucha exploración en artistas que relacionan al folklore con otros géneros que salen de los límites como la música electrónica, el reggae, el tecno, o incluso más jazzera.


Buenos Aires, 01 de diciembre de 2017 El Ministerio de Cultura de la Nación homenajeó a la Escuela de Danza Chakaymanta, de Mendoza.

Escuela de Danza Chakaymanta, de Mendoza, en el Museo de Casa Rosada con motivo de sus 45 años de trabajo

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¿Qué tal? Conocías estos detalles de la historia del folklore argentino?

Llegamos así, no al final, sino al punto en el que debemos mirar al frente y seguir camino.

ARGENTINA, ARGENTINA, ARGENTINA




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