Hoy vamos a conocer Osaka, la tercera ciudad más grande de Japón, después de Tokio y Yokohama, ésta última está asentada en una península de la bahía de Tokio. Una curiosidad: los habitantes de Yokohama fueron los primeros en desarrollar los helados, la cerveza y la fotografía como productos traídos de Occidente.

Pero volvamos a Osaka, esta ciudad está ubicada en la isla de Honshu, y forma parte de la región de Kansai.

Recordemos que el archipiélago japonés se extiende de Norte a Sur sobre la costa este de Asia entre el archipiélago de las Kuriles y el archipiélago de las Ryukyu, y abarca el noroeste del océano Pacífico. En total está compuesto por 6852 islas pequeñas.

Las principales islas del Japón son cinco, Hokkaido, Honshu, Kyuchu, Shikoku y Okinawa.

El distrito metropolitano es Tokio, una provincia Hokkaido y dos prefecturas urbanas como Osaka y Kioto, las 43 Prefecturas restantes son rurales, esta división permanece así desde el año 1888. Cada prefectura se subdivide en ciudades, pueblos, villas y distritos rurales.

Osaka, capital de la prefectura de Osaka, es uno de los puertos más importantes, además de un gran centro industrial. Posee 24 barrios o chiku.

Autores reconocidos como Yasunari Kawabata, Yukio Mishima, y Haruki Murakami describen perfectamente en varias de sus novelas, la geografía, la arquitectura, la cultura y las costumbres de los habitantes de Osaka. 

La gastronomía de Japón, en Osaka se destaca por los infinitos platos que tenemos para elegir tanto los turistas como los osakenses quienes disfrutan mucho de las comidas. Los japoneses presentan cada uno de sus platos armando motivos florales o con distintas decoraciones. Parecen obras de arte, la vista y el sabor tienen la misma importancia para ellos.

Entre sus platos principales podemos probar el takoyaki, es un buñuelo de pulpo, el okonomiyaki, una tarta salada con harina, col, patata japonesa, agua y huevo además de verduras, carne y jengibre, el kani es un cangrejo que puede servirse como sushi o a la parrilla, el kitsune udon es un cuenco con fideos y tofu frito, el fugu, es el pez globo, conocido por su peligrosidad ya que contiene una toxina mortal y se debe saber prepararlo muy bien para evitar una desgracia. Estos y otros platos pueden degustarse en una izakaya tradicional o taberna, en Dotonbori, una de las principales avenidas de Osaka, ubicada en el distrito de Namba.

La avenida Dotombori...

atraviesa todo el canal fluvial de Dotonbori desde el puente Dotomboribashi hasta el puente Nipponbashi.

Mientras pasean por esta avenida verán a todos los turistas tratando de fotografiarse con el Glico-man, es un neón gigante, bellísimo y famoso mundialmente. Cerca de esta avenida se encuentran los distritos de Shinsaibashi. Nipponbashi y Amerikamura.

En la zona Centro y Sur de Osaka podemos comer Takoyaki en la calle Sennichimae, pulpitos rellenos de huevo de codorniz, en el mercado Kuromon Ichiba. A quienes disfrutan de las compras no pueden perderse las tiendas de moda en Namba y Shinsaibashi.

En el barrio Shinsekai, además de comer kushikatsu, unas brochets de carne o pollo, pueden admirar el observatorio torre asociado con una película futurista de los años 50.

En la ciudad existen zonas para los llamados love hotels, y están en el barrio de Tennoji. Todavía existen locales con karaokes de antaño. Este es el barrio elegido por los homeless quienes viven muy cerca del parque Tennoji.

Los hombres desempleados, muchos de ellos, padres de familia, deciden abandonar sus hogares cuando ya no pueden solventarlo.

El hombre japonés siente mucha vergüenza al perder su trabajo y se aleja de su familia para siempre No permite que sus parientes lo ayuden, prefieren vivir en el anonimato. Hasta allí se acerca gente con donaciones para que puedan alimentarse. Por otra parte, esta zona está durante las 24 horas vigilada por las autoridades policiales a través de distintas cámaras para evitar que surjan peleas y se lastimen entre ellos.

En la zona norte de Osaka se encuentra el Umeda Sky Building, también conocido como el edificio futurista. Es impactante observar sus escaleras mecánicas flotantes.

En los bajos del Umeda Sky Building podemos visitar bares y restaurantes del callejón gastronómico Takimi Koji, el mismo se halla inspirado en la era Taisho, es una división histórica y su nombre se refiere al reinado del emperador Taisho, desde el año 1912 hasta 1926.

En el periodo Meiji, (1868-1912) las empresas de explotación de madera y carbón tenían los derechos de propiedad sobre el terreno. En el año 1983 se decidió remodelar el área pero los permisos fueron denegados porque se estaba planeando el trazado de una autopista.

¿Sabían que en Japón no se pueden expropiar los terrenos? Las empresas viales compran las tierras sobre las que construyen. Pero si no hay un acuerdo, las carreteras se construyen sobre o bajo tierra.

El edificio Gate Tower Building, también conocido como "La Colmena" tiene 16 pisos sólo para oficinas, es una construcción inédita y un claro ejemplo de las habilidades de los ingenieros japoneses, en su interior pasa una autopista.

La carretera no hace contacto con el edificio. Pasa a través de un puente, sostenido por soportes al lado del mismo. La autopista está rodeada por una estructura para proteger la edificación contra el ruido y la vibración.

La prueba más contundente ha sido el terremoto de Hashin en 1995, algunos sectores de la autopista fueron dañados pero el edificio y el sector de la vía que lo atraviesa permanecieron intactos.

El Centro Comercial Hep Five tiene 9 pisos y dos subsuelos, se destaca por dos motivos: es un lugar ideal para realizar compras y además es un espacio de entretenimientos. En los subsuelos tienen máquinas de pachinko que es como un pinball japonés, en otro sector está la casa embrujada con muñecos muy realistas.

En los pisos superiores se tiene acceso a una gigantesca noria, una rueda de 75 metros de diámetro y una altura de 106 metros, desde allí arriba disfrutarán de las maravillosas vistas de la ciudad. 

El Castillo de Osaka, es el símbolo de la ciudad. Cuenta con jardines y plazas. Tuvo 14 dueños desde el año 1597 hasta el año 1869, ha sido un largo período feudal, antes de convertirse en un lugar público para ser visitado por el pueblo y los turistas de todas partes del mundo.

Posee una torre de tres niveles y seis pisos. En la Segunda Guerra Mundial, en el año 1945, ha sido quemada gran parte de su construcción. Su interior ha sido reconstruido y renovado en varias oportunidades, no sólo por los ataques aéros, sino con anterioridad, debido a los incendios provocados por las revueltas de la Restauración Meiji.

En uno de sus techos se encuentra un gigantesco shachihoko, un pez tigre mitológico revestido en dorado y se lo puede fotografiar desde un mirador que tiene el mismo castillo.

Está rodeado de maravillosos jardines y si lo visitan en otoño pueden quedarse un rato más hasta el anochecer, porque verlo totalmente iluminado es imperdible.

En Osaka tenemos diversos templos para visitar. Entre ellos el santuario de Sumiyoshi Taisha, con más de 700 lámparas de madera, el templo Isshinji Tennoji y el Templo Shi-Tennoji.

El Monte Koya es el centro más importante del budismo shingon en Japón, situado en las montañas de la prefectura de Wakayama, al sur de Osaka.

Está ubicado en un valle rodeado de los ocho picos de la montaña del mismo nombre, junto al pueblo de Koya, en un lugar que se creía sembrado de lotos. Es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el año 2004.

Al Monte Koya se puede llegar, mediante el ferrocarril Nankai Electric desde la estación de Namba en Osaka hasta la estación Gokurakubashi en la base alta de la montaña. Un funicular con cable sube en 5 minutos y desde allí hasta una estación donde salen autobuses al centro del pueblo.

Es un sitio sagrado y posee distintas rutas de peregrinación.

El Monte Koya también conocido como, el Templo de la montaña del Diamante, es un lugar único y si pueden hospedarse en algunos de sus monasterios, serán atendidos por los monjes budistas. La experiencia vale la pena, pero no esperen comodidades.

Difícilmente tengan agua caliente, los baños son compartidos, no existen las camas occidentales, y las comidas y bebidas son preparadas por los monjes sin posibilidad de elegir el menú. Se deben respetar sus horarios y en lo posible, permanecer en silencio cuando se ingresa al monasterio.

Se puede asistir a sus reuniones de meditación antes del amanecer y escuchar sus rezos. 

Recorrer el Cementerio Okunoin de Koyasan, el más grande y sagrado de Japón, requiere de mucho coraje. Rodeado por un bosque de gigantescos cedros en el que apenas pueden asomarse algunos rayos del sol.

El recorrido es de dos kilómetros Existen más de 200.000 tumbas. Al final se encuentra el mausoleo del monje Kobo Daishi o Kukai, quien predijo el día de su muerte y se cumplió. No fue incinerado, para sus seguidores, su espíritu sigue allí en un estado meditativo, desde hace 1200 años.

Desde su muerte los monjes siguen preparando y le acercan 2 comidas al día, una a las 6 y otra a las 10.30. de la mañana, así tiene alimento si un día despierta de golpe. Un ritual budista que aún se cumple.

Llaman mucho la atención los Guarddianes Jizo, una deidad protectora, son estatuillas pequeñas, guardianes de los niños, dicen que también sirven para proteger a los viajeros. Además de Budas y cantidades de esculturas alusivas a quienes hayan sido enterrados allí.

Caminar por ese bosque inmenso, rodeado de innumerables tumbas, con tanto simbolismo, silencio y en ese paisaje desolador, en una atmósfera inquietante, nos ayudará mucho a meditar.

Es una vivencia única y hay que atravesarla. Una vez fuera de él, o quizás un tiempo después, volveremos a tomar conciencia sobre la finitud de la vida y el delgado límite que nos separa de la muerte.

Japón es una sociedad que ha sufrido, especialmente los japoneses, hombres y mujeres dispuestos a recomenzar a pesar de haber padecido numerosos terremotos, tsunamis, amenazas de la naturaleza pero también guerras.

Valoran a sus antepasados y cada vez que sus enemigos intentaron hacer desaparecer sus edificaciones, sus símbolos, ellos volvieron a construirlos una y otra vez, con la paciencia y la perfección que los caracteriza en cada uno de sus actos. Son un gran ejemplo para nosotros y para el mundo entero.

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